martes, 6 de noviembre de 2018

Lo peor de cada casa.

Por más que diga no, acabo diciendo sí. Culpable una mujer, una dama, una musa en su propia poesía que se ha metido a monja de clausura y sin inspiración enmudeció la santa poesía. Entonces hablo de política y recurro a un silogismo si lo es: 

Premisa mayor: Poder Político.
Premisa menor: Poder Ejecutivo
Conclusión: Corrupción. 

Efectivamente, el peor analfabeto es el político seguido muy de cerca del votante, con el perdón. Los dueños de los partidos políticos pierden la confianza del pueblo porque esas maneras de tratarnos como ignorantes ya no cuela. Y sin embargo, lo peor de cada se pone de acuerdo para volver sin haberse ido y llevárselo envuelto en papel de fino regalo. Lo peor de cada casa se junta otra vez más para ganar las elecciones (¡felicidades!) y de fijo que las ganarán porque el pueblo quizá tenga lo que se merece... Convertidas las elecciones en mercados de compraventa la corrupción en este país es de manual. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar como pueblo? Renovación con nuevas ideas y nuevas caras.  "Ay, amor, te mando la luz de mis ojos, de un cuarto menguante y un sol embriagado la eclipsa. Y no puede excusarse". (Juan Luís Guerra). Gracias.

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