Alguien le preguntó a Diógenes: "¿Cómo haré para vengarme de mis enemigos? Y él respondió: "Hazte mejor que ellos".
Si hablar por hablar o hablar por no callar, Diógenes hubiera muerto después de Cristo y no antes, y hubiera sido dictador y no filósofo -que sería mucha casualidad o un milagro si es más-, querría que sus restos fueran enterrados en La Almudena, y desde la tumba vengarse de sus enemigos. Yo no soy de mucho decir la verdad, pero confieso ahora, y en un de soslayo sobrado de reputación, que no tengo enemigos -tal vez porque tampoco tengo amigos-, pero los tuve, y sé a ciencia cierta que vengarse de los enemigos es como lavarle la cabeza a un puerco, con el perdón, que no es sino perder tiempo y jabón.
En este país situado en el mismo camino por donde sale el sol, y por más que Diógenes haga apología de la venganza, en vez de venganza en este país, pedimos justicia. A pesar de la inquina y las malas artes de algunos, algún día la tendremos y tal vez, eso sí, lamento decir tal vez, podamos vivir anhelando un encuentro con el amor colindante... Y amarnos. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario