Mi vida es un erial,
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja.
Autor: Gustavo Adolfo Bécquer.
El peor camino para andar es como la peor decisión tomada de antemano. Lo que escribo no debería entenderlo solo yo porque escribo para ustedes pero, créanme, me cuesta escribir lo que siento. Los días que escribo los inspira una persona, una acción, un acontecimiento, un sentimiento. Con musa o sin musa ¿me arreglo? Perdona, Flor de María, nosotros solo podemos querernos, los dos escribimos los mismos tropiezos... Aunque no está mal que nos podamos querer sin complejos. Te quiero como tú me quieres y eso no es poco, ¿verdad? Al menos si tenemos en cuenta los tiempos que corremos: hacemos agua por los cuatro costados y despacito, como la canción de Luis Fonsi. Hay que vivir, Flor de María, a pesar que, de cuando en vez, tú bajes rodando las escaleras y yo me estampe contra la farola.
Escribo para ustedes, pero solo se me ocurre el mal que me sale al camino, y en este plan debiera dejar de escribir o escribir el día sin alterar el psique. Necesito escribir risas y alegrías y no de Rajoy y los corruptos con sus corruptelas. Es empezar y no acabar. La realidad es increíble. Quiero y no puedo. Cómo será que a veces siento algo bonito y no me atrevo a escribir para no herir sentimientos. Si sigo escribiendo sobre el mal y algún descuido de la María tardaré en volver al amor y la santa poesía. Creo que hoy soy más pobre que ayer y quizá más canalla que siempre. Gracias.
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