domingo, 8 de abril de 2018

Erik Axel Karlfeldt.

Canción de serpientes.

Cuando voy por los campos llevo siempre mi botella,
solo porque el licor fuerte es buen antídoto contra el veneno de las serpientes.

Pero si pienso en serpientes me acuerdo de otra,
falsa, engañosa, mucho peor aún que ellas.

Se dice que la serpiente acecha bajo árboles verdes,
mirando suave y atrayente el grácil pajarillo.

Pero la muchacha va por todos los caminos, su vista aguda lo abarca
todo: ve una chaqueta allá, oye acullá un par de botas.

La serpiente arrastra la tripa, no come más que tierra,
pero la muchacha prefiere el dulce, y plato de plata en la mesa.

La serpiente aprende a bailar para distraer a los tontos,
pero la niña empieza a bailar en el vientre de su madre.

La serpiente no muda piel más que una vez al año,
pero la muchacha muda la suya ocho veces a la semana.

Si la serpiente te engaña te morderá los talones,
pero engaño de mujer taladra el alma de un muchacho.

Termina así mi canción sobre animales dañinos
y me apresuro, bosque adentro, a la jaula de mi muchacha.

Erik Axel Karlfeldt, poeta, falleció el 8 de abril de 1931.

No hay comentarios:

Publicar un comentario