Un sueño.

Un sueño dura lo que dura. Quiero decir que no sé si dura mucho o poco tiempo, el caso es que hoy soñé que vivía en un país que su presidente hablaba inglés y ya no metía la pata en sus reuniones internacionales, además de un ministro de hacienda que perseguía a los defraudadores de las grandes fortunas que tienen sus euros en paraísos fiscales. También a los grandes empresarios por lo mismo, ¡qué curioso!. Que llegaba dinero a las familias y pequeñas empresas a través del crédito. Que los bancos rescatados comenzaban a devolver el dinero prestado al erario. ¡Qué sueño tan increíble!. Pero no quedó ahí el sueño, porque sin haber despertado soñé que tú me querías... En fin, soñé que vivía en otro país y en otro tiempo.