Por la llanura manchega en días claros aún se puede divisar al insigne Don Quijote cabalgar...
¿Quién dijo iluso? Pues aquí y ahora, quiero hacer un homenaje, un reconocimiento consciente a la ilusión, y con ella a los ilusos del mundo.
Quizás alguien no logre dar crédito a lo que lee y me insulte y me considere crédulo, cándido, tonto, ingenuo, inocente, soñador, utópico, fantasioso, y sin embargo...
Hoy, estoy dispuesto a correr el riesgo e intentar ser capaz de considerar que esos insultos son los más utilizados para restar verdad a la verdad, para quitar méritos y razón a un planteamiento, cuando no se tienen argumentos para rebatirlo.
Un enamorado, alguien que quiere y no puede, que duda, que no siempre es capaz de comprender porque su mente absurda... ¿un iluso?
Insulten... vayan al bar a regocijarse e impregnen su mente con los más reiterados desprecios contra los ilusos y demás desfavorecidos mentales...
Qué habría sido del mundo sin la esperanza de paz, la lucha sin violencia... ¿dónde andaría la humanidad, que ya anda mal de por sí, si no sobrevivieran entre luchas y crisis personales los huestes de todos los ilusos insistiendo una y otra vez más en la magia de los amaneceres, y sobre todo, en sobreponer la dignidad a la victoria?
Y que sigan los pragmáticos burlándose de la poesía, del amor, de los que cada día intentan, casi vencidos, reconciliarse con sus derrotas para intentar sobrevivir con cierto grado de dignidad entre el decoro, la verdad y la realidad, sin ceder un paso a la vergüenza por no ser capaces de ser lo que la mayoría considera que deban ser.
Este mundo no es para los ilusos, es demasiado cruel.
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