Tu poesía hoy transita mi camino. Reconozco tu voz. Eres tú, mi niña, no sabía que venías; me iré unos día de vacaciones y vienes a despedirme. Muchas gracias por hacerme tan feliz.
Vives en mí y en mi otro yo, ése que de cuando en vez se pierde por los caminos y a duras penas regreso... si no por la luna. Eres mi esperanza, mi salvación. Eso ha de ser otro de esos milagros para creer.
Que puedas vivir en mí y despertarme cada mañana con tus versos despeinada me obliga a ser feliz y recrearme en tu sonrisa.
¿Te iras? ¿Que se le va a hacer? Los poetas tambien requieren descanso. Las musas trabajan todo el año me dicen por ahí.
ResponderEliminarHablo de mi hija: nada que ver conmigo. Beso.
ResponderEliminarSalud.