domingo, 10 de agosto de 2014

Idos, y siempre repudiados.

En nuestra sociedad viven unos seres ocultos aparentemente insatisfactorios que viven situaciones difíciles de concebir. Hay quién asegura que habitan en el vacío, pero poco se sabe de ellos, salvo que proveyeron a profesionales de la salud una buena controversia a la que llamaron trastorno maligno, tal es el enredo, que aún hoy en día, siguen estupefacientes sin saber de qué va el trastorno maligno.

Este trastorno maligno era antaño más frecuente que ahora. Los médicos hablan de uno diferente cada día de la semana, incluso los domingos, cuando se reúnen para festejar el día del Señor hablan de dos. A menudo se les puede ver caminando en la noche desvelada entre sus propias sombras, pero tarde o temprano, y eso es así de toda la vida, se les excluye impunemente de la sociedad.

Se comenta por los mentideros de la ciudad que uno de estos seres marginados fue acosado en las calles por un centenar de demonios y psiquiatras con una diferencia de cuarenta a sesenta a favor de los psiquiatras hasta llegar a campo abierto donde dio un brinco más alto que el campanario de la iglesia y volando transmutado en un pájaro se fue por el aire.

Cada día que pasa se acrecienta más la controversia para los psiquiatras y menos para los demonios, mientras que estos seres malignos siguen ocultos en situación de desesperanza alimentados por pastillas de colores servidas por farmacéuticos.

2 comentarios:

  1. Feo es ese mundo que describes o mejor dicho, esos seres que describes. A lo mejor es porque hay cierto parecido en alguien que conozco y que ha dejado las pastillas de colores de lado para ver que se siente ser uno de ellos, así como decimos los mexicanos,, "a lo pelón"

    Ten buen domingo do quiera que estés. Nunca pensé decirlo pero te extraño de soslayo.

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  2. Lindo relato, me gustó, Enhorabuena.
    Besos.

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