No hay que ir demasiado lejos ni darle más vueltas al caso, y menos alegar acápites y normas absurdas a los sentimientos escritos, desde que un dios bueno inventó el amor, todo es lo que parece. En fin, lo más importante, por encima del bien y del mal, la salud y la enfermedad, la pobreza y la riqueza, es que al dar de nuevo las buenas madrugadas (beso), queda demostrado que el amor no entiende de distancias ni tiempo. Ojalá que todos los ciudadanos lo aprendamos. Urge.
¡Ah que bonito!
ResponderEliminarBuenas...
Madrugadas.
ResponderEliminarCuánto tiempo... Beso.
Salud.