Gracias a la vida.

Una folklórica universal, Violeta Parra, escribió una hermosa canción: "Gracias a la vida"; es uno de los textos más gratificantes que existen. Honra la vida. La palabra transmite que todo vibra bajo una entonación de gratitud y amor por la vida. Es un movimiento permanente y sublime a la esperanza. La canción aborda el principio del asombro ante la vida; el amanecer; el desbordamiento de bienes derrochados por la luz de la existencia y los sentimientos del corazón cuando se ama de verdad. Violeta Parra requirió de una abundante cosecha de fe para escribir:

"Gracias a la vida que me ha dado tanto,
me ha dado el sonido y el abedecedario;
con él las palabras que pienso y declaro,
madre amigo hermano y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando".

Violeta Parra hizo de su vida una permanente lucha bajo banderas de libertad e hizo de la canción un instrumento de lucha. Una canción libre que acompañó los ideales de generaciones de latinoamericanos que asumieron la posibilidad de transformar las injustas condiciones de vida de un continente esquilmado.

Y sin embargo, ¿cómo es posible que quién ha escrito "Gracias a la vida" se suicide así sin más como si fuera otra la que se muere, otra la que da gracias a la vida? De viejo, uno no sabe siquiera lo suficiente.