martes, 24 de septiembre de 2024

La culpa te destruirá.

Valorar el comportamiento de algunos líderes políticos (pido perdón por lo de líderes políticos, politicastros, quise decir), es aceptar decisiones sin principios. Y eso es individual, no social. Si es social, quizá sea socialista, si no, pierde atractivo para mí. Un socialista defiende el mejor activo de la empresa, los trabajadores, y no falla contrario a sus derechos laborales. Eso sería negar la herencia de la lucha obrera que tanta sangre derramó por las cunetas. Sin embargo, para no darme la razón, porque soy de mucho darme la razón, muerto Eugenio, consulté libros y pregunté por aquí y por allá y fue inútil: nadie sabe de dónde viene esta nueva camarilla de socialistas (discúlpenme los socialistas con ideales de corazón, aún no fui capaz de ponerles un nombre que conjugue con el desprecio que sienten por los trabajadores) que arremete contra la salud mental de los trabajadores, además de meterles el hambre en casa. Aparecen, abren el cajón, se ponen un buen sueldo y los demás a conformarse con el placer de haberles conocido. Estos politicastros son impredecibles, por lo tanto, prescindibles. (Ayer cité el rechazo y etcétera como sentimientos muy fuertes, pero no aclaré que el sentimiento de culpa que te destruirá nació de la chulería que te animó a tomar una decisión sabiendo de antemano que era pobreza laboral para los trabajadores). Gracias.

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