Abjurar de la existencia de España, como un niño malcriado por la vía de no mentarla, ofende la razón. Este colapso lleva España al furgón de cola de la Unión Europea. Faltan jueces, eso es evidente, seguramente inversión y tal vez, algunas leyes pues igual no estaría mal revisarlas. No existen medidores neutrales para calibrar las cosas que nos molestan. Y vaya por delante que, en algunas cuestiones, tal vez yo mismo acumule un exceso de susceptibilidad. No lo niego. Pero es que este verano, en mitad de la ópera bufa que fue la tocata y fuga de Puigdemont, anduve pegado a la radio para no perderme detalle; desde la filípica del expresident ante sus incondicionales hasta el ridículo policial, burlados los mossos por un montaje de sombreros de paja, digno de figurar en un "sketch" de la Pantera Rosa. (Carlas Francino).
De acuerdo señor Francino, pero hay más: si pregunta a un residente de la Unión Europea por dos españoles mundialmente conocidos en la actualidad, sin duda, le responderá: Pedro Sánchez y Carlas Puigdemont. Pedro Sánchez por sacarnos de la taciturna indiferencia en la que nos encontrábamos, y Carlas Puigdemont por ridiculizar de manera impune a la judicatura. En España, si hablamos de cumplir y hacer cumplir la ley, somos el hazmerreír de Europa. Aquí no existe la Justicia, existen leyes que no se cumplen. Burla hizo y sigue haciendo Carlas Puigdemont con la ley y los magistrados españoles. Y sí, faltan jueces, pero con la politización de la Justicia y la judicialización de la política quizá nos arreglamos con los que hay. Gracias.
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