Queremos que nos quieran porque sí, sin condiciones, eso queremos, por nuestra cara bonita. Que nos salga gratis y, sobre todo, que no nos vean cogiditos de la mano. En un romance amoroso hay condiciones, preguntas que contestar. Conocerse. Somos un pozo de ruindad donde adormecemos la conciencia y nos cubrimos de apariencias. Confiamos en un amuleto de buena suerte para que nos quieran sin condiciones. Sin embargo, el amor se cotiza en el Mercado de Valores y está por las nubes, como el oro. Una cara bonita se pasea por la pasarela y acapara el reconocimiento de la vecindad, nada que ver con el sentimiento humano, y sus defectos y sus virtudes. Cuídense de querer que les quiera quien lleva el desamor por enseña, les romperá el corazón. Un romance amoroso, una historia de amor, duró "lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks", cantó el Sabina. (Querer como te quiero, hasta las trancas, y aceptar la muerte si tú no te das cuenta). Gracias.
Yo moriré, y la noche. Juan Ramón Jiménez.
Yo me moriré, y la noche
triste, serena y callada,
dormirá el mundo a los rayos
de su luna solitaria.
Mi cuerpo estará amarillo,
y por la abierta ventana
entrará una brisa fresca
preguntando por mi alma.
No sé si habrá quien solloce
cerca de mi negra caja,
o quien me dé un largo beso
entre caricias y lágrimas.
Pero habrá estrellas y flores
y suspiros y fragancias,
y amor en las avenidas
a la sombra de las ramas.
Y sonará ese piano
como en esta noche plácida,
y no tendrá quien lo escuche
sollozando en la ventana.
Sieeempre tendrás quien te escuche, te lea y te quiera porque sí, porque te lo has ganado. Lo difícil es que nos quieran, como necesitamos o deseamos ser queridos, eso ya es más complicado ; ) Precioso el poema y todo lo demás. Un beso grande!
ResponderEliminarMaría, eres muy amable. Gracias. Beso grande.
ResponderEliminarSalud.