viernes, 28 de junio de 2024

Decálogo para después de ganar las elecciones.

Transparencia y gestión por el bien común. Es de urgente necesidad construir una alternativa a la política del todo vale para que un partido y su dueño no mueran de éxito y entierren al pueblo. Cuando se accede a un cargo público hay que abrir los cajones del despacho y airear su contenido. Cueste lo que cueste... y a quien cueste. Luego, atender lo urgente, para seguir con lo necesario. Lo más urgente los trabajadores. (I ara, què farem? Por mi parte, nada, no sé cómo. El Sabina cantó ayer: "yo quería bailar contigo y tú querías bailar sola". ¿Recuerdas? Pues de eso hace un año). En fin, les dejo con el decálogo:

1.- Jamás confunda su opinión con la tozudez de los hechos. Ponga interés, la política, como la vida se nutre de realidades. 

2.- Eche de casa a los sondeos y pregunte a la vecindad cuáles son los problemas que importan y movilizan a los votantes.  

3.- Así como en el amor no basta con ganar una batalla, sino que además debe uno ocupar la plaza, las redes sociales son útiles pero no bastan. Ellas no son (todavía) un pase de entrada preferente a los poderes públicos.

4.- El mercado electoral no son los compañeros más influenciables, aunque por su capacidad de generar ruido lo parezcan. Es con los votos de todos y de todas como se ganan elecciones. Sea humilde como virtud humana, destierre la soberbia.

5.- Apunte bien. Defina su adversario y pelee en un solo frente a la vez. Evite a los suyos porque perderá al combatir contra los molinos de viento en una irrealidad imprevisible, recuerde a Don Quijote.

6.- Tómese en serio la política. A menos que haya ganado el cargo en la lotería, que entonces debe irse (como la otra, por la puerta de atrás): no será de utilidad para el excepcional momento que vive nuestra historia reciente.

7.- Defínase con base en unos ideales políticos (si es que aún existen), o convierta su partido en una comunidad de vecinos.

8. Aprenda a leer las señales que envía la vecindad. El resultado de las últimas elecciones municipales confirma el grado de importancia que el electorado concede a sus necesidades. Cambie el rumbo y olvide horrores ajenos. Y los viejos rencores.

9.- Conecte con la juventud, con la experiencia de los mayores: busque consejo y aprenda. Y encontrará en todo, su talento.

10.- Usted quiere dirigir el pueblo: sea firme y conciliador. Evite el histerismo y la controversia. Usted no quiere ganar al truc en el bar de la esquina, sino gobernar el pueblo, para lograrlo, debe convencer a los pobres de que con su gobierno dejarán de serlo, y a los menos pobres de que seguirán siéndolo. Finalmente, no pelee con gente que trafica con tinta para escribir, pero sí con quien modelaron con cieno jactancioso. No merece sino el desprecio y la indiferencia, pero eso usted ya lo sabe.

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