La honestidad es una otra forma de sinceridad. La relación entre honestidad y sinceridad es muy parecida a la de lealtad y fidelidad. Uno se puede comportar honestamente sin ser sincero. La honestidad se identifica con los aspectos morales y la sinceridad es una condición propia del corazón que nos lleva a un convencimiento particular del sentimiento... Una persona honesta se dispone a ser sincera, a querer, y cultivar la amistad. Falta, entonces, encontrar un corazón que sienta el mismo sentir y quiera. Y vuelta al lío: la palabra y la política a cuestas. Este país mantiene una relación amor/odio entre los dueños de los partidos supuestamente revolucionarios y los votantes que para él la quisiera el maligno. ¿Joder, dona, qué será para esta gente la política? (Ignorancia, impotencia, matar y seguir muriendo). Una sola frase explica parcialmente la aptitud que pretendo: "la política es el arte de lo posible". La ciudadanía vive en estado de shock por tanto autoritarismo y tanto exceso. Llegan disimulando el engaño, asaltan el erario y no mantienen una "comprensión activa". No prestan atención, se distraen (voluntad política, recuerden) y aparecen los malos entendidos. Es crucial escuchar para resolver conflictos. (Queda aquí el reto para quien se atreva a hacer de la política el arte de lo posible, después de intentar con "un par" lo imposible). Gracias.
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