sábado, 14 de octubre de 2023

Se apagan las luces.

La sala está iluminada, el hablar quedo de la gente. Y de pronto, se apagan las luces, los pasillos, las butacas, todo queda sumido en la más profunda oscuridad. Una pantalla se ilumina y se viste con la esencia de la ficción y contagia mi realidad de lo más parecido al placer que recuerdo. Ya en silencio, sentado en la butaca, nada me impide participar de otra realidad. Durante dos horas la película que se proyecta me convierte en una persona distinta y mi conciencia es capaz de ilusionarse.

De vuelta a casa, en mi habitación, apago la luz, cierro los ojos e intento dormir. Quiero soñar de ensueño. Hoy será posible. No, no soy capaz de dormir ni soñar una realidad que no me pertenece. No soy protagonista de ninguna película. La ficción ha desaparecido y mi exclusivista realidad se apodera de mí. La realidad de todos mis días. Efectivamente, todo era ficción, mi vida es la que es, sea lo que sea. Y estoy afligido como siempre y no sé qué hacer, como siempre. Y vuelta a empezar, a adentrarme en la tristeza cercana al abismo que condiciona mi voluntad. Este sinvivir me exaspera. ¿Por qué se apodera de mí este padecer? Estaba contento. ¿De qué va mi incapacidad? ¿De dónde sale este tremendo malestar? ¿Qué me ocurre? No tengo motivos. Después de contagiarme con la película me sentí feliz y ahora, sin yo saber, sin un porqué, me encuentro sumido en la realidad de todos los días. Y aparece el desaliento y el abandono. No sé quién soy ni qué hago aquí. Después de la película pensé que de noche dormiría y soñaría una vida complaciente. Supuse que sería otra persona y de nuevo me toca repetir. Nunca jamás dejaré de ser el de todos los días y todas las noches. El de ayer, el de hoy, el de mañana, tal vez.

2 comentarios:

  1. Y menos mal que es así, a mi me gusta tal cual eres.. solo hace falta que te guste a ti. Beso!
    Cuídate mucho, solo cada uno sabe lo que nos ayuda, así que dátelo, porque está ahí dentro de ti : )

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  2. Esto no tiene arreglo, María, pero lo llevo bien. O regular. Sí, está dentro de mí. Gracias. Beso grande.

    Salud.

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