Me encanta Dios. Jaime Sabines
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos. Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida, no tú ni yo, la vida, sea para siempre. A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que hace frente al ataque de los antibióticos con bacterias mutantes. Mueve una mano y hace el mar, mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros quedan las nubes, pedazos de su aliento. Dicen que a veces se enfurece, hace terremotos y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados y aguas alevosas. Pero esto es mentira, es la tierra que cambia, se agita y crece cuando Dios se aleja. Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy. A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
Si fuera cierto de que existe un Ser Supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo y de la humanidad. Omnisciente y omnipresente y omnipotente. Deidad que dan o han dado culto las diversas religiones politeístas. Ser Supremo llamado Yahvé, Alá o Jehová, extraordinario creador de este mundo de cinco continentes y más de doscientos países, con sus contradicciones (incluida la creencia en ese mismo), estoy seguro de que ya debe estar arrepentido de su ingenuidad, pues no imaginó, que el debate por su hegemonía entre cristianos, judíos y musulmanes, costaría, si sumamos ahora los de Gaza y Jerusalén, centenares de miles de muertos sin otro destino que el olvido. No puede ser cierto. Gracias.
Me tienes desistadísima, al final no sé si de verdad crees o no en Dios. Desde luego la parte creyente de este texo te ha quedado preciosa, tan naif que Dios parece más Papá Noel que Dios, quizá porque debe ser primos, incluos hasta quien sabe si cuñados jajaja lo cierto es que por culpa de los Dioses que los hombres hemos creado, la gente muere, mata y se sufre demasiado por todas partes...creo que todos llevamos algo de Dios dentro, lástima que a veces esté tan, tan dentro y escondido que olvidamos donde : )
ResponderEliminarBeso grande Papá Solayo : )
María, no puedo creer en Él: "la gente muere, mata y se sufre demasiado por todas partes... creo que todos llevamos algo de Dios dentro". O del maligno, sí, más bien del maligno. Además, la ciencia aún no me ha desahuciado. Gracias. Beso grande.
ResponderEliminarSalud.