viernes, 13 de octubre de 2023

El desafío.

Patricia no cree en una fe religiosa. Tampoco confía en la gente. Patricia es de esas personas de "hasta que no lo veo, no lo creo". Patricia tiene miedo, y una pena en el alma. Las mejores personas hacen del miedo el centro de sus emociones, no lo pueden evitar. Patricia me tiene a mí, tiene fe en mí, yo la empodero y nunca la defraudaré. Pero tiene miedo, mucho miedo.

Me cuentan que a más miedo, menos fe, y sin fe no hay esperanza. El miedo es un estafador que te mete en un agujero, no te hace sentir pleno y te roba las ganas de vivir. El mismo estafador que amaga con la ley que no aplica, no la aplica porque que pierde. A un estafador lo estafaron y él estafa. Y dale a la rueda que rueda y rueda. No hablo de política, hablo de salud, la salud mental. Y de la ignorancia, de la provocación y de la mala voluntad. Hablo del más aventajado empresario amigo de Rajoy que se cree el centro del universo... y padre y madre a la vez. Hay que joderse. ("No quiso bajar del árbol, no abrió un libro bueno y no aprendió a leer"). La buena voluntad debe rogar como un enamorado ruega un beso frente a un mar. Así se sana el alma, y sanada el alma, curada la pena y superado el miedo. Estos son tiempos de mediar, de luchar por la familia, y los hijos primero. Son tiempos de endulzar la vida. Ya ven, en plan mediador anda uno un viernes trece con el agua al cuello repudiando la poesía... (Si un empresario me invita a que pierda... me invita a enviarle al carajo. He ahí el desafío). Gracias.

2 comentarios:

  1. Tu hija Patricia además de compartir el nombre con la mía, comparte forma de ser y pensar. A diferencia de ellas yo tengo fe en el universo y en la humanidad en su conjunto, poca en la religiosa, por la hipocresía que ha venido demostrando la cúpula eclesiástica. Más allá de eso, creo en la gente en general, hasta que me demuestran que no debo hacerlo y en particular en quienes conozco. Tengo miedos como todo el mundo, pero cada vez menos porque me he dado cuenta, tal cual comentas, que no hay peor compañero de viaje que el miedo y lo que jamás voy a peder, pase lo que pase es la esperanza. Un beso!

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  2. María, nos una el amor por la poesía, la familia, el nombre de una de nuestras hijas, y el miedo, como a todo el mundo. Y en particular... Mañana te cuento. Gracias. Beso grande.

    Salud.

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