Ni siquiera el imperio del odio ha logrado desunir a la familia, al contrario, lo sabemos los que no perdemos las esperanzas ante las dudas que se nos presentan. Algunos estamos atrapados y nos ronda la tragedia. Muchos me exigen claudicar sin condiciones, pero está en juego el confort de mi familia. La familia, y los hijos primero. No estoy dispuesto a pagar el precio que organizaciones mafiosas exigen cuando hablo de derechos laborales. Malditas mieles que la corrupción irradia... Y aún se atreven a cantar sus miserias por entregas. Delirante. A quien anda entre el insulto y la náusea pastoreando alabanzas y rumiando rencores, uno le recuerda que hoy, lo de amar al pueblo no tiene que ver con morir él, sino por estar dispuesto a poner a cada cual en su sitio, comenzando por uno mismo... (te pones o te ponen). En 1 Juan 5:4, Jesús el Cristo habla con autoridad: "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo". La fe nos hace invencibles e incansables. La fe no solo mata gigantes, sepulta parásitos y corta la cabeza a la serpiente que silente se desliza sobre nuestras esperanzas. Gracias.
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