Me curo en salud: no quiero nada para mí. Nadie se irá de mi vida y nadie más me decepcionará. También he llegado a una conclusión: si no está dentro de mí no está en ninguna parte. Te conozco y voy a dejar caer el mito. Me llevaste dentro de ti y ahora... ¿Y ahora? Marzo se acaba y llega la hora de zanjar el embrollo que en compañía de la peor saña has causado. Si era cuestión de tiempo: tic, tac y tac. Quebraste la confianza, como los grandes amores que agotan la esperanza evaluando el tiempo para evitar errores. Has cosechado los peores hábitos y te has convertido en rutina. Hay amores para quedarse a morir en ellos y amores que de amores no tienen ni una caricia. Marzo se va y a mí me esperan en Les Seniaes bocanadas de aire que estremecen la vida. Me has intoxicado y necesito aire puro para respirar exageradamente. Mi vida solo depende de mí. Respirar en Les Seniaes no cuesta nada y lo vale todo. Tú disfruta de la luz de tus éxitos en la intimidad. Por dejarte embaucar, por dejarte sabotear, por consentir no ser tú, por miedo al rechazo, tal vez. (Las apariencias nos matan). Gracias.
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