Me cuentan que el líder paracaidista ya cayó del cielo, aunque no lo acompañó el amor de María, la Magdalena. Confía en las virtudes de los suyos y en los defectos de los nuestros. Los candidatos de su lista política, unos y otras, con sus anhelos inmediatos, pero también, y sobre todo, con su vocación de servicio social... No, los votantes no comulgamos con ruedas de molino y nos importa un carajo lo mucho que se empeñen unos y otras en abrirnos los ojos. Los votantes nunca tuvimos los ojos cerrados y vivimos para saber que las cosas están cambiando. Y los abusos de poder y los desprecios, van saliendo a la luz y ya en privado hablan de dar la cara y reparar la dignidad pisoteada por escrito. A quién admirábamos le tenemos que agradecer lo equivocábamos que estábamos: su arrogancia y sus estériles políticas no se han hecho esperar. Al fin aprendió que la intención rencorosa tienen consecuencias y, como las deudas de los usureros, hay que pagarlas porque llegan con el desahucio. (Pensaba que iba para jubilado a jornada completa y quizá tenga que enseñar el valor de los ejemplos). Gracias.
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