jueves, 30 de marzo de 2023

Mis hijas.

Si hablamos de vivir, vivimos inconscientemente sin pararnos a pensar que no estamos solos, siempre hay un mano a mano si seguimos las coordenadas de acuerdo al respeto debido a nosotros como familia. Mis hijas son vuestras hijas. Escribimos un relato eludiendo el transcurso natural del tiempo escaso de humanidad. Todo importa menos lo que no importa, lo que no nos concierne, lo secundario, hasta que deja de ser secundario, para ser primario. Las relaciones humanas sufren rotos que no podremos coser de llegar el día. No hablo del día de ir a misa y del amor de Dios Padre. Dios es Padre, pero hay más de un padre con responsabilidades para con sus hijas. La vida es un regalo, la vida de cada uno la vive como le viene en gana y es todo, pero a veces no es todo si la vida depende del olvido que no encuentra camino. El mejor regalo que les podemos hacer a nuestras hijas es dejarles un mundo mejor. Hay una versión superior de nosotros cuando decidimos ser padres. Sí, a nuestras hijas les dimos la vida y estamos obligados a acompañarlas hasta el final. Por ellas, y por nosotros, hagamos de este mundo una existencia humana. (Mis hijas son mis hijas y no las decepcionaré, ni a las hijas de otros padres). Gracias.

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