Días atrás, traje a de soslayo un asunto de gran importancia: "mi compañía de telefonía móvil me subía la tarifa diez euros y dije no". Como nada les debía cambie de compañía (uy, pero qué lindo me salió el pareado), la diferencia entre una y otra es ninguna: son iguales. Eso sí, desde mis veinte años, no volví sentirme tan querido y deseado como cuando mi compañía de antes recibió la portabilidad de mi compañía de ahora. Se lo conté a mi esposa y lloramos desconsolados. Ni los Panchos y el bolero: "Si tú me dices ven lo dejo todo" (pero mientras no te vayas). Me hicieron dudar. Pero luego de aclarar las dudas, como siempre digo, problema resuelto. Señores: hablen poco y oigan más, y, sobre todo, mejoren sus tarifas y la atención al cliente porque su futuro solo les interesa a ustedes. Hagan un esfuerzo, háganse un favor, aunque el amor haya muerto y el desamor les aceche. Traten mejor a sus clientes de ahora antes de salir en busca y captura de otros futuros clientes. ¡Estoy de ustedes y de los Panchos que me vomito!. (Cuánto bueno que me haya ido para siempre... y mañana Dios dirá). Gracias.
Bueno, todo el mundo tiene el legítimo derecho a decidir con quien está, hasta donde a guanta y cuándo decir "hasta aquí llegamos", en todo tipo de cuestiones, desde luego en cuestión de compañías de telefonía y seguros, en cuanto te saben libre, se derriten a tus pies ofreciéndote el oro y el moro jajaja para luego hacer las mismas barrabasadas que las compañías que abandonaste y vuelta a empezar ; )
ResponderEliminarUn beso!
Cierto, María, cambiaremos de compañía telefónica pero no de ladrón. Beso grande.
ResponderEliminarSalud.