Lo que pasa, si pasa, no lo vemos (que nos lo expliquen). Esta existencia que vivimos deja estragos irreparables en nuestra salud mental. (Merece la pena estar vivo, pero qué pena de vida. Y lo que cuesta vivirla). Los que venimos de lejos sabemos que la salud mental nunca estuvo tan impedida. No soy ajeno a esta realidad, soy parte de ella (y yo tengo papeles). Jodida realidad. Para que te den papeles hay que esperar más de ocho años. Ocho años sin saber por qué tanta ansiedad, por qué tanta virulencia, por qué de cuando en vez te desperdigas por el suelo. Es complicado vivir en un porqué. Reflexiono acerca de la experiencia sobre esta existencia y escribo para no dar en loco, también para conocerme desde el poder trasformador de la literatura. (La poesía es mi escudo y mi espada). Cuando escribo el cursor me revela quién soy. Escribir me tranquiliza y leer me permite conocer a gente que cuanto más libre se siente más esclava es (qué tan poco te quieres). La imaginación desvela a una mente absurda que hay abismos a años luz de las estrellas... (O de Shakira a Lagarde que es más). Gracias.
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