De camino al río me paró un joven que de oídas le había oído. Nunca le puse cara, mas ahora mis ojos le vieron. Hablamos, es sincero y transmite confianza; hablamos y flipé. Llevo horas dándole vueltas y no salgo de mi asombro. Perdón, hablo de política. El joven me habló de un partido político con aspiraciones de gobierno que no gobierna porque no se lo plantea al no estar organizado, y para mayor desconcierto, no sale a ganar las próximas elecciones. ¿Qué partido político no sale a ganar las elecciones? A pesar de saber que las elecciones se pierden, no se ganan. Me confesó que se presentaba a las próximas elecciones... (escaso de liderazgo político... no sé yo). No aviva el debate de las ideas, ni tiene identidad ideológica y carece de proyecto político. Y lo peor de todo, es buena persona. El partido que representa no es de los nuestros, por el contrario... (El día se burla de las carencias que evidenciamos y nos da la espalda. ¡Maldita y desconsolada vida política casi olvidada!). Aún no lo sabe, pero ganará las próximas elecciones. Y qué lástima. Aunque la alternancia es higiene democrática. Gracias.
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