domingo, 3 de abril de 2022

Yo, soy yo (aclaración a un tuit).

Es domingo y un buen día para no ir a misa y hablar de AMOR con mayúsculas. En la iglesia hay poca poesía y demasiada hipocresía. Y ya me explico: Ayer, de mala manera, Patricia me insultó y hoy le tocó a mi esposa conque vaya al peluquero que parezco al Sabina, ese que canta. La vida me hizo excepcional, pero es mi hija y es mi esposa y me obligan a dudar. Y me miré al espejo y no me gusté. El pelo sí, tengo un pelazo divino, pero la cara y las arrugas y etcétera. Y por dentro igual. Me gusto por dentro y por fuera, pero me gustaba más que me gusto. A veces mi relación personal conmigo es inexistente.

De muy joven me fui de casa y sabía que el camino iba a ser difícil, lo supe desde el primer día, y que dejaría amores por el camino. La vida me hizo excepcional porque en realidad soy especial. Al espejo me gusto más o menos, según el día, pero nunca dejé de ser yo. Y me importa un carajo no gustar a la gente que no gusto. Vivo mi realidad y sufrí en carne propia ser como soy en un mundo insoportablemente pegado a todas las fobias. Ahora soy viejo y me la refanfinfla los chismes de los miserables, aunque siento adentro el dolor de los más vulnerables; los que empiezan a darse cuenta quiénes son. Gracias.

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