viernes, 22 de abril de 2022

Huir de lo ordinario.

Las historias de los libros fatigan la vista y no son tan amenas como las de lavadero municipal que se ciñen a la vecindad no presente. Las historias de lavadero municipal superan a "Sálvame Deluxe". El único requisito que no esté presente el vecino "rajado" para que la sangre no ensucie más la ropa. Ay, si las piedras del lavadero municipal hablaran... En fin, vamos al lío:

Se trata de huir de lo ordinario y esperar a que llegue la hora de lo extraordinario. Llegará el día y esa hora y entonces ya se verá si regresamos a lo ordinario. (Por cierto, lo ordinario es demasiado vulgar... Uy, perdón). De momento no, y no es no en cualquier caso. ¿Y cómo se representa la vida que en adelante tenemos que vivir? De actores disfrazados con la cara de los domingos en misa: si algo muere, milagrosamente algo resucita. Yo, si elegir pudiera, de un poeta la locura. "Qué otra cosa es la vida de los mortales, sino una comedia en la que unos actores se disfrazan y ataviados con sus máscaras, representan sus respectivos papeles hasta que el director de escena les ordena retirarse de las tablas". (Erasmo de Rotterdam). Gracias.

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