Relacionarme con unas y otros. Hay que joderse. Mi esposa tiene vida social intensa, pero no profundiza en ella, porque no sabe que en esa vida gobiernan las apariencias... Hay gente buena, pero terca, que van a lo suyo sin ver más allá de lo que alcanza su perspectiva. O quizá miran lejos y ven aquí. No aprenden porque creen que lo saben todo. Si fueran inteligentes estarían llenos de dudas. Tienen fe y creen que un milagro puede convertir sus corazones de roca en seres humanos... O ni eso. Amigas idas tuve que sembraban alegrías... Uy, acabáramos. Ahora sé de qué va esto: Amigas idas. Comprendo. Y sin un adiós cariñoso me despedí de la voz del silencio. Mañana será otro día y regresaré por mis pasos, pero hoy es domingo, y puesto que el desamor obliga, me dedicaré todas mis horas. Si ustedes quieren, les invito a pasar la tarde en mi universo: sofá y un libro. Además, el ascensor de las bienvenidas sigue averiado. En fin, hablo de la vida, el desamor, las amigas idas y sus esencias (cada vez más ausencias que esencias). Y de mí, o del duende del amor y un descuido de la María. Gracias.
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