"Ahora solo lo inesperado o lo imposible podría hacerme llorar: una resurrección, ninguna muerte". (Ángel González).
El viernes fue de dolores de cabeza por eso de los tambores y tanto ruido. Y tanto y tanto ruido. Y hoy, Lunes Santo, y toda la semana, también será santa, y de dolores de cabeza, y de tambores, y tanto y tanto ruido. Y el domingo de resurrección. Había pensado que, si tú quisieras, podríamos resucitar juntos por amor, como Él. ¿Qué me dices? No hay mal que por bien no venga. Desde luego sería la mejor disculpa que jamás nos dimos... Llevamos demasiado tiempo comprando disculpas en el viernes de mercado. Un día, a no mucho tardar, amanecerá sábado y seremos lo que nunca soñamos. Será el día que sin apenas ser quien somos, nos daremos todo. No habrá más disculpas que nos impidan ser lo que siempre quisimos ser... Si tú quisieras, hurgaremos adentro y todo el amor que hallemos lo compartiremos con la sabiduría que dan los años. Gracias.
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