Recuerdo... Ay, si no fuera por mi mala cabeza... Recuerdo un libro pero no recuerdo su nombre ni su autor. En él decía que el camino por andar a vista del caminante es recto, pero no a vista de otros ojos. Sería un libro de poesía, o la Biblia, o parte y parte. (Con el perdón). A veces parafraseo mis días como sentencia. A veces quiero explicarme con el corazón y no con la cabeza. El camino por andar es el más cercano a la ley y su justicia. Y la ley y su justicia es la que rinde cuenta de sus actos a la verdad y no a intereses espurios. A veces uno está más cercano a Dios de lo que cree. Porque así me lo enseñaron, el camino más corto entre dos puntos en un plano la marca siempre una línea recta. Y, sin embargo, mi experiencia me habla y afirma que el camino más corto es un atajo. Pero no (ahí está el quid de la cuestión), ni la ley y su justicia, ni parafraseando mis días, ni un corazón tendido al sol, ni un atajo, el camino por andar es retorcido y frío y se acaba después de pagar todas las deudas y su fin es la muerte. (Por mi mala cabeza sé que sin confianza en uno, una, está destinada al fracaso). Gracias.
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