A todo nos acostumbramos, incluso a la muerte. Lamentamos la muerte de otros muertos. Hoy traigo a de soslayo burlar a la Guardia Civil en Semana Santa. El "ministro de los coronavirus" con la cara de los entierros da cifras de las muertes y los contagios y las altas cada día. ¿Qué nos ocurre? Firmamos en el libro de las condolencias sin leer el nombre del difunto. En Estado de Alarma insistimos en lamentar la muerte de otros muertos. ¡Estúpidos!. Nosotros somos o seremos esos muertos. Hagan memoria, revisen la muerte de esos muertos uno a uno. Si nos tenemos que quedar en casa, quedémonos en casa y no le demos más vueltas. Quedémonos en casa. Nos va la vida en ello. Yo me quedo, quédense en casa, si no por ustedes por la gente que quieren y les quiere. Quédense en casa. Aunque les golpee la tristeza y la desesperanza se adueñe de sus mentes, quédense en casa. Quédense en casa y sueñen con reinventar el país. Este país desbordado de espantos necesita héroes, no muertos. Este país no es un país de impostores que olvidan, que preponderan mal. Quédense en casa. Gracias.
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