Si de un burro podemos esperar un bocado y una coz, ¿de un político qué podemos esperar?
Una amiga de mi esposa, amiga o amistad, aficionada a eso de que un burro arrastre un carro más que otro burro a fuerza de palos... Una amiga o lo que sea de mi esposa, propuso a los que mandan en el pueblo de Patricia que lo del burro vaya para Orgullo de la Humanidad. Basta que un político se deje querer para que le metan grillos en la cabeza. Un político es como un burro: Cuanta más fuerza más carga. Y créanme que hay políticos capaces de llevar el mundo a sus espaldas. Los políticos siempre en campaña electoral son gente estupenda, y más y mejor serían si les diera por pensar lo que hacen antes de quedar en evidencia. Los políticos no son de fiar. Ojalá cuando acabe la tragedia que vivimos y salgamos de casa a la vez salgamos de la caverna y las tradiciones que llegaron a estos días de generación en generación como el maltrato animal... ¿A quién se le ocurrió tirar la cabra desde el campanario de la iglesia? Y el Toro de la Vega y los Bous al Carrer y etcétera. Cuanto menos, dejemos de llamar a las tradiciones cultura... Incluido el fútbol como deporte y no cultura. Gracias.
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