Ayer, confinado en casa y solo, y decepcionado con la clase dirigente, traje a de soslayo la nostalgia, la depresión, la muerte y hoy, sin haber salido del pozo vuelvo al hoyo. Si no salgo de casa y mañana amanece, pediré otra oportunidad. Ian, Enol y Diego necesitan salir de casa y saldrán el domingo si "el ministro de los coronavirus" no cambia de parecer, pero yo también necesito salir de casa. Y no quiero ir al banco ni al supermercado, quiero ir a Les Seniaes y al río. Quiero caminar y respirar aire puro y reaccionar a la esencia del azahar. Necesito un cambio trasformador, necesito salir de casa y conectar mi rutina diaria con el exterior. Sí. Es que te prohíban, que no te dejen, que te digan esto y eso no, para echarlo de menos. Hablo de libertad y de salud. El gobierno valora que como en casa en ningún sitio y la dama que no me deja ir, de seguir en este plan me dejará ir para no volver. De locos. Escribir al dictado de mi ordenador que me ordena es la mejor manera de aniquilarme. Si mañana amanece y sigo en casa pediré otra oportunidad. O un margen de confianza. Y que alguien me quiera. Gracias.
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