martes, 21 de mayo de 2019

Y yo sanaré tus heridas.

Busco justificar tu esencia. Inmaduro como un quinceañero enamorado, torpe de entendederas, desconfiado con lo que ven mis ojos, más pobre de mí que siempre, la experiencia de una vida vacía se resiste a aceptar la derrota. Mi conciencia sigue acumulando decepciones, dolencias que son del corazón incapaces de admitir derrotas. No volveré a juzgar las apariencias sin considerar las consecuencias, esperaré con paciencia y respetaré otras decisiones. Y si un día al azahar nos volvemos a encontrar hablaré incoherente para que me prestes atención, olvidaré el despego del pasado porque el resplandor de tu luz sigue siendo para mí referencia y preferencia. Recurriré a la ambivalencia, al estado de ánimo transitorio que convive entre sentimientos antagónicos donde el amor calla y el desamor campa. Santa Poesía. Y Carlos Puebla canta: "Cuando sientas tu herida sangrar, cuando sientas tu voz sollozar, cuenta conmigo". Pero sí, solo conmigo. Y yo sanaré tus heridas. Gracias.

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