Si al desprecio de los dueños de los partidos políticos le sumamos la estupidez de los candidatos y la tontería que los anima la vecindad tendría que darse por desaparecida. Estrategias de partido aparte (que no sé yo...), nuestra clase dirigente vive de la depravación, las apariencias y las ocurrencias. Además del erario. A los políticos les ponen un micrófono en la mano y sueltan tantas ocurrencias por minuto que ni un cronómetro los alcanza. Si para solucionar las necesidades de la sociedad dependiéramos de los políticos apaguen la luz y cierren la puerta. Los dueños de los partidos políticos y los candidatos no pasarán a la posteridad por su inteligencia, a pesar de saber, y está científicamente demostrado, que para hacerse el tonto o el listo hay que ser inteligente. Lo sé, no son tontos ni listos, ni inteligentes que es más, pero lo de arriba les sale de vicio.
El PSOE ganó las elecciones generales y si gobernará solo o acompañado, de momento nadie sabe, pero ahora gobernará cuatro años y hay tarotistas a euro el verbo asegurando que la inflación supera a los trabajadores con empleo; quiero decir que seguirán perdiendo poder adquisitivo. De los trabajadores sin empleo y de llegar a fin de mes mientras el carrefur que tanto nombro no fía hablaremos otro día. (Al cabo de tantas penas, y de vuelta a otra campaña electoral, que vida). Gracias.
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