No sé si la vida es complicada o el complicado soy yo. Mi esposa lo tiene claro: el complicado soy yo. Y punto y se acabó. Lo cierto es que escribo el día que me gusta vivir y no soy imparcial. Como Ian, siempre gano. Es lo que tiene llegar a viejo.
Ayer entregué otra amiga al olvido que no encuentra camino, pero ella aún no lo sabe, aunque eso no importa. Importa los besos que no se dan. Ojalá y le vaya bonito, que la suerte la acompañe y que otros amores le hagan sentir feliz. Y la salud que no falte, porque a mí solo me quedan fuerzas para luchar contra maligno... (Mi esposa luchó contra el maligno y venció. Y lo sabe, sabe que con mi esposa no se juega). Cuando una amiga se va de mi vida guardo sus mejores besos. Y si por un descuido de la María o por mi ausencia un rencor se esconde entre los mejores besos de mi relicario de amor, en un verbo salgo en busca de un poema que se explique... Si al escribir un día parcial en de soslayo una palabra manca al diccionario o lastima a quien me lee... A quien me lee, porque escribo para quien me lee, desde el amor por la literatura... duele la vida. Y duele a quien duele la palabra que levanta ampollas. (Lo de hoy no es personal, y... Lo de mañana fue un déjà vu). Gracias.
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