jueves, 30 de mayo de 2019

Mi amiga del alma.

Y llegado este día de la semana, jueves, y con un asunto inaplazable que me impide alargar el desahogo, uy, de salud bien gracias, no puedo sino decirle a una amiga, mi única amiga para que nadie se llame a engaño, Flor de María, con la cara de los entierros, porque me ha puesto de vuelta y media sin saber... No, amiga mía, y no, por ahí no paso: yo, como Ian, soy el que te tengo que perdonar y no tú a mí. Quiero que quede claro, pero ando escaso de tiempo... aunque eso ahora ni nunca importó porque te quiero, amiga. No quiero revivir otros momentos de locura, ni quiero esperarte, quiero ver tu mirada, y no desde el recuerdo. Y sí, naturalmente que es cierto, el amor en el silencio es bueno para vivir. Y con su voz, con el susurro de su voz y la respuesta de la fe. La esperanza y la salud que no falte. Te quiero, Flor de María. Mi amiga del alma. Gracias.

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