viernes, 10 de mayo de 2019

Rendido a tus pies.

El desamor es un estropicio mental, duele la mirada, duele la cabeza, ataranta los sentidos y te hace parecer más y a más estúpido de lo que realmente eres. Perdón por la redundancia. En los años altos uno echa la vista atrás y si lo mira con ojos de triste mirada es desalentador. Digo por mí: después de haber amado tanto me dan ganas de morir y no resucitar jamás. El caso que hoy me obliga a escribir es el de una mujer que me enamoró y me hizo amarla tanto y ahora (se fue) no puedo amar a nadie más. Aclaro que escribí "se fue" entre paréntesis y no "se fue sin decirme adiós" que era lo que le solicitaba mi gracejo al texto porque a mis letristas les parecía demasiado llanto lastimoso incluso para un tango tristón. Mis letristas ni se imaginan lo que hace sufrir el desamor. Ojalá que nunca experimenten el desamor... Ojalá y que mis letristas tuvieran amor del mejor disponible para amar en tiempos de desamor. El amor siempre tendrá futuro, al contrario que el desamor que solo tiene pasado. Un viernes de mercado, sírveme cantinero otro trago de ron -o un vaso de agua que luego pasa lo que pasa-, que quiero que me mate un camión. ¡Qué amargo dolor!. ¡Qué frivolidad!. ¡Qué fracaso de amor con todo a favor!. Gracias.

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