No lo puedo evitar, y de vuelta a la politiquería. Para llegar al gobierno los candidatos deben ser capaces de sustentar ideas, hacer propuestas y defenderlas. Las críticas, sin propuestas, mueren con la victoria y asesinan la credibilidad de los partidos políticos. Los dueños de los partidos políticos, como caídos del cielo, se disparan perdigones en el pie. Pero qué lástima. Es lo que viene ocurriendo con nuestra partidocracia a la que el electorado vota. Tal como el águila que sobrevuela la tormenta, ustedes deben obrar con claridad sobre las adversidades que les ocupa sin oposición; para oposición, los votantes eligieron a otros, y decidir sobre el enfado que traen entre manos. Pregunto: ¿Qué enfado traen entre manos? Y una pregunta lleva a otra: ¿Valen disculpas? Las distracciones son enredos que nos envuelven en el torbellino de la sinrazón y nos alejan la vista del horizonte. Si no se mantienen en el propósito que persiguen, encallarán entre dos islas sin arena. Cuando eres un águila no temas cruzar el río... elévate más. Olviden viejos y nuevos rencores, elaboren propuestas sinceras, planteen soluciones y compártanlas. La politiquería empobrece el debate y debilita la democracia. Los políticos que mandan, y mandarán hasta las próximas elecciones, puesto que no superarán eso de tener un problema para cada solución, que advertía Facundo Cabral: "El problema para el que ha vivido tanto tiempo en la calle no es tanto el hambre o el frío, que por supuesto son importantes, aunque no es tan duro como el saber que uno está fuera, confirmar a cada paso que uno está fuera del partido, que no sos parte de esta sociedad, que estás absolutamente excluido, que es la palabra más brutal que uno puede escuchar". Gracias.
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