Nada tan necesario para ir más allá de lo conocido como mantener una relación con el enemigo. (Según la RAE, enemigo: "que se muestra completamente diferente"). Son apariencias. No me eches a perder. La mayor certidumbre es aquella que nace en las profundidades del corazón, allí donde se encuentra la confianza, la sabiduría, la experiencia y los consejos. No seas estúpido. Si tú me dices ven, como el bolero, lo dejo casi todo y te regalo un poemario que explica lo que no sabes. Lo que has visto con otros ojos y te convenció, son espejismos que se alimentan de intereses tramposos. Te llevarán a engaño. No me eches a perder. En mi mundo no tienen cabida los ecos burlones del silencio, ni los hipócritas farsantes, únicamente existe la conexión del amor con la santa poesía. Si no hay duda, no hay problema. No me eches a perder. ¿Te imaginas los problemas de los que fueron víctimas Galileo, Newton y Servet, por ejemplo? El primero aseguró que la tierra se movía; el segundo evidenció la ley de la gravedad y el tercero reveló que la sangre corría por los vasos sanguíneos. ¿Recuerdas? A veces cuesta demostrar la evidencia. No me quieras olvidar sin conocerme. En mi mundo lo irrealizable solo tarda un poco más. ¡No seas estúpido, joder, y no me trates de usted!. No me eches a perder. (La verdad siempre fue sediciosa). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario