Ayer, la dama del síndrome de la interacción nula me dio un ultimátum: O soy la persona que quise ser, la que sintió amor... La dama del síndrome de la interacción nula me dice que, o vuelvo a la santa poesía y al bendito amor, a sentir el cosquilleo en el estómago que hace estremecer, a la realidad verdadera y no la que imagino, o me da el alta médica y avisa al "ayunta" para que albergue mis restos en el cementerio. Probe, está de mí que me vomita. Acepto el ultimátum, pero solo lo acato en parte como sentencia. Yo soy la persona que quise ser: Quise ser tu gran amor. El porqué queriéndonos como nos quisimos, fruto de la impaciencia, interrumpimos el proceso ordenado para lograr la reconciliación... Quise el deseo que anidaba en tu corazón. Fantasmagórica y real. ¡Te quise libre, toda tú, desde el día que te conocí y refugiarme por siempre en tu mirada a adivinar tus sueños!. Hay sueños que convierten vidas. Hay vivencias que los enamorados no debieran tener. (Demasiadas causas impulsivas para un miércoles de buena madrugada... Ahora solamente quiero ser un personaje del Quijote). Gracias.
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