jueves, 21 de julio de 2022

Acorralado.

Si no llegábamos a fin de mes, las crisis que llevamos arrastrando tantos años... La inflación. Y ahora, y además, el amor, se nos ha ido el amor... Nada describe tan bien el estado de salud como el amor y su palabra. Nos hemos echado a perder. En común ya solo tenemos el desamor, el ambiente que masticamos y los incendios. ¿Acaso nadie más que mi güela sabe que los incendios se apagan en invierno? No hay maquinaria capaz de sofocar los incendios que arrasan España. Disparates de una patria de sobrevivientes buscando un poeta que explique en qué momento dejó la razón de gobernar nuestros días. Los gobiernos desprecian la tierra que nos vio nacer. Y luego y además asuntos propios y ajenos me atarantan, no son urgentes, aunque vienen de lejos; y como no dependen de mí, es posible que, como las corruptelas de los corruptos, prescriban antes de que los pueda escribir para organizarme y sacarles el mejor partido. Y cribarlos, porque no puedo permitir la mezcolanza. (El desamor y la ansiedad me están llevando a la desesperación. No encuentro remedio, ni opciones alternativas). Gracias.

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