Sería fantástico que cada día que escribo formara parte de un sueño, los sueños de un loco de la cabeza o de un burro. Mis días ya son un sueño. Y tengo sueños para más de una vida. Cuando menos dos estoy seguro de que se cumplirán pronto. En este punto aclaro que mis sueños son míos porque los sueño, no porque los quiera para mí. Los dos están relacionados con la salud y "tanto monta monta tanto". Y hasta aquí puedo cantar, aunque ayer, en un descuido se me escapó aquello de "seré el sabor de un beso". No puedo dar pistas, porque solo yo soy sabedor (es hermoso que confíen en uno). No insistan. Vuelvo al domingo del que no debí huir. Este domingo llega de la mano de Ian y tiene intríngulis: Ian ya no quiere ser médico interino, ni catedrático interino, ni tan siquiera jubilado a extinguir: Ian quiere ser "yotuber" como yo. Ian está convencido de que, puesto que no trabajo y estoy atado al ordenador, soy "yotuber", y gano mucho dinero y vivo en Andorra para no pagar tributos en España. Ian quiere dejar de estudiar, comprar un sillón con orejeras y un gorro. Ian quiere ser "yotuber". Gracias.
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