domingo, 10 de julio de 2022

Hoy no quise escribir un sueño.

Llevo días de acá para allá con mis sueños y ayer noche viví el mejor. Un beso y un abrazo. Pero no un abrazo cualquiera: La fusión del abrazo. Un abrazo fuerte, fuerte hasta el restallo de los huesos. El todo más deseado y unas palabras al oído: -"ocho años, ¿por qué? -"Pasa el tiempo". El tiempo pasa para mí, ella está tan hermosa como la recuerdo. Y se iba y le cogí la mano para que no se fuera. Pero y se fue, tenía prisa, la estaban esperando y se fue, no sin antes regalarme una sonrisa. Un día mi esposa me dijo: "Alexia estaba allí, ¿no la viste? "No". Ayer sí, la vi venir y para que yendo a lo suyo no pasara de largo, le salí al paso. Tenía que contemplar su imagen, quizá la última imagen. Llevo años pasando desapercibido sin ser yo. Entregando amores a un de soslayo confuso a veces. La vida es más cruel cuando la realidad se impone a los sentimientos. Y la casa es pequeña y las palabras faltan para aclarar los malentendidos. Asumo el perjuicio que conlleva. Pero el beso y el abrazo de ayer es todo mío y no me lo quita nadie. Voy a dormir. Hoy no quise escribir un sueño. Te quiero, Alexia. Gracias.

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