martes, 5 de julio de 2022

Nadie hace nada.

"El orador que desee conmover a la muchedumbre debe emplear afirmaciones violentas, expresadas en términos abusivos. Deberá exagerar, repetir, eludir toda tentación por presentar pruebas razonables". (Gustave Le Bon). A la muchedumbre, si hablamos de elecciones, no de política, también se la puede conmover utilizando argumentos cariñosos con razonamientos profundos nacidos del amor. (A nadie se le ocurre mezclar la salud, física y síquica, con las urnas). Se trata de convencer al electorado que es posible -de ganar las elecciones-, reconducir lo malo y reforzar lo bueno. E implementar nuevas medidas. Y llegar todos a fin de mes. Y si el porvenir no llega, habrá que ir a buscarlo porque el estado actual de la situación altera lo pertinente. Por cierto, cerrar bocas con frases hechas es poco inteligente. Hay que afrontar la realidad desde la adversidad como si se tiene que llegar a la catarsis. ¿Comprenden? (El tiempo se escurre entre los dedos y nadie hace nada. Mientras, las fuerzas oscuras del inframundo se están apoderando de la situación más excluyente). Otro vendrá. ¿Y luego? Gracias.

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