Los que no nos llamamos Eugenio, pensamos desde la ignorancia, y, desde la ignorancia, pensamos que siempre hay algo que podemos mejorar empezando por nosotros mismos. Ocurre que, desde la ignorancia somos más sabios que Eugenio, y la ignorancia es atrevida y antes de pensar obramos, e impartimos enseñanzas como los maestros de escuela... Los que no nos llamamos Eugenio somos estupendos y nos debieran encerrar con nuestra mente absurda en un corazón fuerte y sano, libre de cinismo y sentimientos tóxicos. Y demás momentos desafortunados. En un corazón fuerte y sano no caben chismes de lavadero municipal, ni rencores, ni venganzas, ni tristezas, ni etcéteras. Disculpen, viene al caso: confiaba poder cambiar mi ordenador que me ordena cuando me pagaran "la extra", ¿recuerdan? Pues me la pagaron y alcanzó nomás para que el informático hackeara mi propio orgullo y borrara un virus que me impedía ser yo mismo. Me llamó Diógenes y dijo que tenía más basura en la cabeza que en el Mar Menor, basurero oficial del Mediterráneo, que ya es decir. ¿Otro síndrome? Gracias.
El loco Valdez (hermano de Tintan y de Don Ramon) tenia una cura para esto: Decia que habia que tener varios nombres. Asi que uno puede llamarse Eugenio y/o Diogenes al mismo tiempo....segun ses caballero era posible.
ResponderEliminarCierto. Como la falsa moneda. Gracias.
ResponderEliminarSalud.