sábado, 9 de julio de 2022

La originalidad de un sueño.

Hace tiempo que no les hablo de la vecina chismosa, ocurre que ando de papeles inaplazables a más no poder. La vida de un jubilado no está bien pagada. Pues hoy -casualidad-, camino de la panadería la vi barriendo una acera. -¿Uy, qué haces barriendo esa acera y no la mía? -Ahora trabajo para el ayuntamiento y barro una acera. -Qué suerte. -Y no estoy sola, me acompaña un transistor, además, solamente barro la mitad de la acera. -¿La mitad? -Así es: el ayuntamiento me contrató a media jornada y únicamente barro la mitad. Me dieron a elegir y elegí la mitad de la acera de enfrente. -Raro. -No, la mitad de la acera de enfrente no existe, es una gilipollez para enredar a los partidos políticos que perdieron las alecciones. -Claro, los que perdieron mandan nada. ¿Entonces lo peor el calor? -Lo peor que fue un sueño. Un sueño de pandereta, como este país. -Lamento que tengas sueños tan poco originales... ¿Y qué si vuelves conmigo? (Y volvió y barrió mi acera y yo la suya y volvimos a hablar de nuestras cosas, como siempre chismes de vecindad... Nada que empieza mal, acaba bien). Gracias.

2 comentarios:

  1. Extraño, pero se entiende.
    Incluso me recordó a un episodio de Chespirito con Chaparrón Bonaparte y Lucas Tadeo, cuando se topaban con la vecina.

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  2. Eres muy amable, Carlos. Gracias.
    Salud.

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