En plan Feliz Año Nuevo, con una fuerza de voluntad que no se puede aguantar, juramos dejar de fumar y beber alcohol y comer en exceso, en resumen: lo que perjudica la salud sin control, porque no hay control. Y sin control hasta lo bueno es malo. El amor que fue y el gimnasio ni lo nombro. Y a pesar de saber que los verdaderos cambios si no son trasformadores y permanentes, si solo son cosméticos, como el que le duele el dedo gordo del pie y se rasca la nariz. Pero ojito, y lo sé por propia experiencia, de fumar, beber alcohol y todo lo demás que perjudica seriamente la salud, lo diga un médico o no, más temprano que tarde lo dejamos. Ojalá cuando llegue el día no sea tarde. Nada que ustedes no sepan. Bueno sería, pues la cultura es ley, que diría una amiga ida, utilizar el sentido común tan poco común en los tiempos que vivimos para que nadie diga como el poeta "que agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira. Podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía". Que nos separe una canción y no los excesos que conlleva la muerte. Somos nuestros peores enemigos. Ustedes eso también lo saben. De otra manera, y no lo sé por propia experiencia, lo sé de oídas, ante las adversidades, solo Él nos ofrece seguridad. Porque solo ÉL es capaz de lo imposible... En fin, sean felices y si les da por acercarse a Les Seniaes, no hagan caso a quien habla mal de mí sin conocerme... Pero ése será tema para otro de soslayo y otro día en 2020. Gracias.
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