sábado, 4 de enero de 2020

La Ley de la Gravedad ha muerto.

Hoy, en la primera de los periódicos del país, incluyo las agencias de noticias: "Lo que sube y baja con la llegada del 2020".

Bancos: suben las comisiones. Transporte: sube el tren, baja el avión. Y etcétera. El miedo es libre y por miedo no leí más.

A los usureros les importa una mierda quien gobierne: suben las comisiones y, además, la letra pequeña será más pequeña en los contratos que cada cual se obligue a hacer con ellos. Pero lo del transporte, que suba el tren y baje el avión... romper España sin ánimo de romper España que nos cantan las derechas, es poco. Que suba el tren y baje el avión es más y peor porque niega la ciencia que establece las leyes del universo -incluyo la ley de la unidad divina como ley fundamental-, los modos y las formas del conocimiento racional. Desde el 7 de enero y hasta vaya usted a saber que gobierne Pedro Sánchez con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, lo diga Isaac Newton o el cura del pueblo de Patricia: lo que sube va por abajo y no puede ir por arriba, y lo que baja por arriba y no puede ir por abajo. Confieso que esto se escapa a mis entendederas... 

En Les Seniaes, el paraíso donde todo comenzó, donde se juntan las vidas paralelas, con la aprobación en el Congreso de los Diputados de cada porción del "Gobierno Frankenstein", que tan acertadamente bautizaron las derechas a un gobierno elegido en las urnas por los votantes, no diría yo que en un descuido se junten el tren y el avión y vaya estropicio. Hoy, en de soslayo, hago saber a mis amables lectoras que la Ley de la Gravedad ha muerto. Dios nos acoja en su seno. Gracias.

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