domingo, 19 de enero de 2020

La parafernalia no es cultura.

Es amanecer y el día se torna según mi ordenador me ordena. Mi ordenador sabe que me resulta más fácil escribir que otra cosa al conseguir la fuerza emocional para explicarme sin dejar entrever mi estado de ánimo. Con el deseo impregnado de santa poesía y los afectos a rebosar acrecientan mis sentimientos y soy mejor persona, y a más, porque mi esposa (pongan una Carmen bella en su vida), en la feria de San Antonio me "firó" una linterna led y ya puedo salir de casa, aunque solo sea a sacar la basura. Mejor persona y más feliz. A pesar de saber lo que hay que saber acerca de la hipócrita parafernalia (un libro te protege de la hipócrita parafernalia. La parafernalia es boato, no es cultura, que diría una amiga ida), de permanecer impasible ante la necesidad del ser. ¡Viva San Antonio!. Cuando no somos quienes creemos entramos en un shock parecido al que sentimos cuando somos quienes podemos pero dudamos. Y mientras dudamos perdemos la ocasión de ser mejores en esta maltrecha realidad. Reconozco la miseria humana mucho antes de doblar la esquina. Y me sublevo lo preciso para escribir un día diferente a otro. Yo no soy esa que tanto nombro, ni siquiera el culpable de sus males: yo soy la familia, y los hijos primero. Quien ama sin memoria tarde o temprano encontrará la horma de su zapato... (Si te dan a elegir el ministerio de Cultura o Deporte, no seas estúpido, tú elige Cultura. Deporte déjaselo a la Diputación de Valencia. O a Messi). Gracias.

1 comentario:

  1. Incultura només? O dretanisme furibund? Alguns pensavem -innocentment pel que és veu- que el capitalisme és l'amo de tot allò material que "tenim", però sembla que els capitalistes són també amos dels fills, com d'una propietat més. I, per tant, demanen carta blanca per (des)educar-los, al seu gust. Així que ni llibertat ni dignitat per als fills: paternalisme "de pin". Anem ben servits! Marc (i felicitats per la pàgina).

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